viernes, 19 de octubre de 2012

VIAJES, GIRAS Y PRESENTACIONES



Últimamente, viajo más por trabajo que por placer. ¿Es esto también viajar? ¿Pueden combinarse ambas esferas? Pues, ustedes me dirán…

Ahora me encuentro en plena «gira» de promoción de mi libro Marco Aurelio. Una vida contenida, editada por Evohé. Y, próximamente, sale al mercado Hollywood revelado. Diez cineastas brillando en la penumbra, el primer volumen de una serie de libros sobre cine norteamericano, editada por Ártica,  que tengo el gusto y el honor de coordinar junto a cuatro ilustres colegas. Será éste el cuarto libro que publico este año (sin contar otras colaboraciones en trabajos colectivos). Los anteriores, todavía no mencionados, son La indignación a escena y Cine, espectáculo y 11-S.

En estos tiempos de crisis, y aunque no resulte muy modesto decirlo, la cosa tiene su mérito, ¿no creen? Ahora bien, basta echar un vistazo al pasado para comprobar que los tiempos difíciles, sobrados de reveses, conflictos y transformaciones, han dado, precisamente, mucho que pensar (muchas razones para pensar) al intelecto humano, de modo que se las ha tenido que ingeniar para esforzarse más que nunca y así seguir adelante, explicarse qué está pasando y seguir avanzando. Pero, ésa es otra historia... ¿O acaso no?

Como vivo un tiempo de presentaciones (de mis libros), les ofrezco el siguiente apunte en este cuaderno de bitácora



ECO PRESENTA (IMAGINARIAMENTE) A DIDEROT

UMBERTO ECO: Señor Diderot, ¿cómo he de presentarle ante el público? ¿Como novelista, dramaturgo, promotor cultural, moralista, o como editor?

DENIS DIDEROT: Como todo a la vez, si lo prefiere. O como filósofo solamente. Por lo que sé, sólo después de mi muerte adquirió esta palabra una connotación académica y especializada. En el siglo XVIII era una palabra muy general. Piense en mi amigo Voltaire. ¿Cómo lo definiría usted? ¿Poeta, dramaturgo, lexicógrafo, moralista? Fue un filósofo, un curioso de la verdad, un «razonadicto».

Cf. D.N. Furbank, Denis Diderot. Biografía crítica.




miércoles, 10 de octubre de 2012

MARCO AURELIO: UN LIBERAL «AVANT LA LETTRE»



Resultaría, sin duda, anacrónico e inexacto hablar de un «Marco Aurelio liberal» o de un «liberalismo marcoaureliano» o emplear sentencias de este tenor. El liberalismo es una corriente de pensamiento, filosófico y económico, que, en puridad, aparece en los tiempos modernos, teniendo su máximo empuje e influencia a partir  del siglo XIX. Marco Aurelio era demasiado «antiguo» para tamaña empresa…

Sin embargo, no se me antoja forzado ni caprichoso advertir en el filósofo- emperador romano un notorio parentesco intelectual (un aire de familia, podríamos decir), una afinidad avant la lettre con los postulados liberales. Y es que, sin duda, Marco Aurelio fue, ante todo, un espíritu libre.

Señalo a continuación algunos mojones de la vida y obra de Marco Aurelio que nos dan pistas para seguir pensando en este asunto tan sugestivo y prometedor.



Un emperador austero y poco dado al aumento del gasto público y a la subida de impuestos

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«En los gastos con dinero público [Marco Aurelio] fue, por su parte, muy parsimonioso, lo cual debe contarse más bien como alabanza que como crítica. Por otro lado, dio dinero a hombres virtuosos, prestó auxilio a las fortalezas que se desmoronaban y perdonó tributos e impuestos cuando la necesidad apremiaba.» 

HISTORIA AUGUSTAMarco Antonino, 23

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«[En 169] para que el [reclutamiento militar] no fuera una carga para las provincias, realizó una subasta de propiedades del palacio [imperial] en el Foro del Divino Trajano, según hemos dicho, en el que, aparte de ropas, copas  y vasijas de oro, vendió también estatuas y cuadros de grandes artistas.»

HISTORIA AUGUSTAMarco Antonino
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«Marco debió de haberse dado cuenta de que una nueva carga fiscal resultaba extremadamente impopular y no muy productiva. Un gesto como el de la subasta de palacio tenía ventajas que iban más allá de lo práctico —demostraba que el emperador estaba dispuesto a sacrificarse—.»

Anthony Birley, Marco Aurelio, págs. 230 y 231

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Por qué no es condenable per se la obtención de beneficios económicos

«Cuando puede cumplirse una tarea de acuerdo con la razón común a los dioses y a los hombres, nada hay que temer allí. Cuando es posible obtener un beneficio gracias a una actividad bien encauzada y que progresa de acuerdo con su constitución, ningún perjuicio debe sospecharse allí.»

Marco AurelioMeditaciones, Libro VII, 53

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¿Es la meditación de Marco Aurelio precursora del pensamiento liberal de Adam Smith?

«¿Es deber del hombre anteponer su propia felicidad y contento al bien común? ¿Debemos acaso servir al otro y alejarnos así de nuestros impulsos egoístas? Genovés hace un repaso al modo en que los filósofos, tanto Antiguos como modernos se han enfrentado a esta cuestión. En el pensamiento moderno amarse a uno mismo tiene una connotación “inmoral”; es preciso luchar e imponerse una obligación de servicio para elevarse. Para un estoico, la polémica parece más bien inexistente. Se admite que todo hombre debe amarse a sí mismo sin olvidar el bien y contento de otros, no hay contraposición (o no debe haberla si uno procura conducirse del modo adecuado).

Parecer semejante expresaría, en otro contexto y referido a una cuestión más práctica, Adam Smith quien se esforzó en demostrar que la persecución del beneficio individual no suponía el empobrecimiento ajeno sino el aumento de la riqueza de la nación, fundando así las bases del primer capitalismo.»


Fragmento de la Reseña del ensayo Marco Aurelio. Una vida contenida, publicada en el blog Confieso que he leído, 3 de septiembre de 2012.